Son numerosas las llamadas que recibimos en LealCan en las que los guías nos cuentan, angustiados, que han notado un cambio de comportamiento preocupante en su compañero de cuatro patas.
Nos transmiten que, su perro, ha pasado de mostrarse sociable con otros perros a presentar comportamientos cada vez más agresivos hacia sus congéneres.
Algunos nos expresan su sorpresa y preocupación ante la evolución de su perro y se preguntan qué podría estar causando ese repentino cambio de comportamiento.
Si tú también experimentas este problema con tu perro, seguramente te reconforte saber que no estás solo.
En LealCan somos profesionales en educación canina y somos capaces de comprender por qué puede estar ocurriendo esto y qué podemos hacer para solucionarlo.
Consideraciones iniciales
Queremos puntualizar que, aunque muchos guías perciben el cambio en sus perros como repentino, lo habitual es que dicho cambio no sea tan súbito (salvo que haya habido una experiencia especialmente traumática).
Lo que ocurre es que no se han tenido en cuenta las señales previas que indicaban que algo empezaba a suceder y esto ha impedido tomar medidas antes de que el comportamiento se deteriorase.
Por ejemplo, a veces no se interpreta bien la comunicación del perro y no se detienen a tiempo interacciones con otros perros en las que nuestro compañero de cuatro patas pueda estar incómodo.
A esto se suma, en ocasiones, la presión social entre humanos y/o el miedo a que nos juzguen. No son pocas las veces en las que nos encontramos con personas que nos cuentan que les da vergüenza marcharse cuando el guía de otro perro le está saludando mientras su compañero perruno intenta alejarse de su perro.
Es importante remarcar que la prioridad es que tu perro esté cómodo si no quieres terminar con un problema de comportamiento. Los humanos debemos tener la capacidad de entender la importancia de evitar o modular algunas interacciones y ser capaces de explicar a otros guías que nos tenemos que marchar si se da el caso. Incluso puede ser necesario ofrecer una explicación a posteriori si la situación requería que nos marchásemos de prisa, nos cruzásemos de acera antes de saludar, etc.
También ocurre que, como humanos, a veces pensamos que animar a nuestro perro a interactuar con otros es positivo y, sin embargo, esto implica forzar interacciones no deseadas que pueden derivar en problemas de comportamiento si no sabemos leer lo que nuestro perro intenta comunicarnos.
Otro problema añadido es la abundante información inadecuada que se puede encontrar por internet donde se predican los supuestos beneficios de que otro perro gruña al nuestro o que el nuestro aprenda a gruñir, alegando que simplemente son formas de comunicación. La realidad es que cuando un perro siente la necesidad de aprender a gruñir o defenderse de otros es que lo ha pasado mal y este comportamiento es fácil que se consolide y resulte complicado de revertir.
Causas físicas por las que un perro muestra comportamientos más reactivos o agresivos
El primer paso para abordar cualquier cambio de comportamiento es examinar las posibles causas físicas subyacentes que puedan estar generando el problema.
Una de las razones físicas más comunes de un cambio repentino de comportamiento es un problema veterinario cuando el perro está experimentando malestar.
Los perros son incapaces de decirnos cuándo sienten dolor, así que lo primero que hay que hacer es consultar a un veterinario para descartar cualquier posible problema de salud que pueda estar causando el cambio de comportamiento.
Si tu perro siente dolor, es posible que esto esté causando el comportamiento agresivo.
El dolor puede provocar frustración que, a su vez, puede desembocar en conductas agresivas.
El veterinario podrá realizar una serie de pruebas para descartar causas orgánicas y también podrá aconsejarte sobre el tratamiento más adecuado si detecta algún problema físico.
Entender las emociones de tu perro
Una vez descartadas las posibles causas físicas, es hora de considerar las razones más mentales y emocionales del cambio de comportamiento.
Es importante comprender que, a veces, sucesos aparentemente inofensivos pueden tener un impacto significativo en el estado mental de tu perro.
En algunos casos, un comportamiento agresivo puede ser una reacción al estrés, la ansiedad o el miedo provocados por un desencadenante concreto.
Por ejemplo, podría tratarse de una experiencia negativa anterior con otro perro, sobre todo si conllevó la agresión por parte de éste.
También podría deberse a una falta de socialización o exposición a otros animales, ya que los perros necesitan aprender a comunicarse e interactuar con otros perros de forma segura y respetuosa.
Si esta es la causa, puede ser necesario buscar maneras de aumentar la confianza del perro y presentarle a otros perros de forma controlada y adecuada.
Recuerda siempre la importancia de no corregir a tu perro (ni siquiera verbalmente), pues esto sólo incrementará sus niveles de estrés o asociará la corrección a la presencia de otros perros, empeorando la situación. Basar el aprendizaje en el miedo es inconsistente y no es inocuo, no lo olvides. Mejor involúcrate en el problema y trata de comprender qué siente tú perro y por qué actúa cómo lo hace para ayudarle a gestionar mejor aquellas situaciones que le sobrepasan.
Ayuda profesional
Va a resultar de vital importancia no dejar al azar las interacciones con otros perros sino seleccionar expresamente los más adecuados, en función del punto en el que esté tu compañero. Probablemente, sea conveniente contar con el asesoramiento de un educador canino respetuoso que te oriente sobre la mejor manera de abordar el problema.
En caso de que este persista y, en función de lo que valore el educador, puede incluso ser necesario buscar ayuda de un especialista profesional en comportamiento canino o etólogo canino.
Desde LealCan podemos analizar la situación y asesorarte sobre el plan más adecuado para abordar el comportamiento agresivo.
A menudo, implicará una combinación de técnicas de modificación de conducta, así como ejercicios de socialización, desensibilización y contracondicionamiento.
Conclusiones
Sabemos que puede ser angustioso descubrir que tu perro, antes sociable con otros perros, ha empezado a presentar comportamientos reactivos o incluso agresivos.
Sin embargo, con el enfoque adecuado, es posible ayudar a tu amigo peludo a superar este problema.
Descartando primero cualquier posible causa física y comprendiendo las emociones y necesidades de tu perro, es posible ayudarle a gestionar mejor aquellas situaciones que ahora le preocupan.
No tengas miedo de pedir consejo a un profesional si el problema persiste, ya que podrá ofrecerte orientación experta para resolverlo.
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