Aunque es bastante habitual tener más de un perro en casa y que se dé por sentado que van a llevarse bien, lo cierto es que pueden surgir tensiones cuando los perros empiezan a convivir e, incluso, perros que normalmente se llevan bien, pueden empezar a mostrar comportamientos agresivos entre sí.
Pero, ¿por qué se pelean los perros que viven juntos? Hay muchas razones posibles detrás de este comportamiento y es importante comprender cuál es la causa para poder abordarla.
Motivos por los que se pelean los perros que viven juntos
Protección de recursos
A veces, cuando los perros viven juntos, se pelean por los recursos que consideran valiosos, como la comida, los juguetes o incluso la atención de los humanos.
Esto se conoce como protección de recursos y los perros que muestran este comportamiento pueden mostrar comportamientos agresivos cuando otro perro intenta acceder al recurso.
Puede ocurrir cuando un perro se siente inseguro o, simplemente, cuando quiere asegurarse de que lo que considera valioso permanece en su poder.
Los perros también pueden pelearse con otros perros que viven en la misma casa cuando quieren proteger un determinado espacio.
Esto suele ocurrir cuando entran nuevos perros en la casa y los perros residentes ya establecidos ven a estos nuevos perros como una especie de amenaza o comienzan a hacer asociaciones negativas con la presencia del nuevo miembro de la familia.
Ansiedad y miedo
Otro motivo por el que los perros que viven juntos pueden empezar a “pelearse” es la ansiedad y el miedo. Se sabe que los perros pueden reaccionar de forma agresiva cuando sienten miedo o ansiedad, y esto puede desencadenarse por muchas situaciones diferentes.
Por ejemplo, si uno de los perros del grupo se siente especialmente ansioso o inseguro con otros perros, puede aumentar la tensión entre todos ellos.
Celos
Por último, los celos de alguno de los perros de la casa pueden terminar provocando peleas.
A veces, parece que los perros pueden sentir algo similar a los celos humanos cuando otro perro recibe más atención o los humanos deciden “dar más privilegios” a un perro determinado, como juguetes especiales o comida.
Este comportamiento también puede tener lugar si en la casa hay más perros que recursos y uno de los perros impide a los demás el acceso a esos recursos.
Cómo abordar las peleas entre perros en la misma casa
Cuando se trata de abordar las peleas entre perros que viven juntos, hay varias estrategias que se pueden utilizar.
- En primer lugar, es importante que los guías identifiquen y reconozcan cuál es la causa de las peleas entre perros. Una vez comprendido esto, pueden tomarse medidas para abordar la situación.
- A continuación, te damos algunos consejos por si resultan aplicables en tu caso concreto:
- Si se pelean por comida, puedes poner los comederos, el hueso, masticable o lo que aplique según el caso, separados o incluso en diferentes habitaciones, teniendo la precaución de que si un perro termina antes que otro no pueda acudir donde se encuentra el que aún no ha terminado. Esto mismo aplica con los juguetes u otros recursos que consideren valiosos.
- Además, si les vas a ofrecer un trozo de comida de tu mano, también tendrías que dar uno a cada perro al mismo tiempo y separando las manos del cuerpo en direcciones opuestas para ampliar la distancia entre ellos.
- Respecto a las sesiones de caricias y mimos, puede que sea necesario seleccionar los momentos más adecuados. Por ejemplo, cuando llegamos a casa, si están en un punto de elevada excitación y muy alterados, es mejor no volcarse en acariciarles si creemos que puede dar lugar a conflictos y solo saludarles de forma calmada y verbal. Cuando ya se haya rebajado el nivel de excitación, tendremos oportunidades para dedicar momentos de cariño a cada perro.
Por ejemplo, va a haber situaciones en que uno esté tumbado o interesado en alguna actividad y entretenido, sin sentir la necesidad de tener contacto con nosotros, y el otro sí exprese sus ganas de acercarse y podamos dedicarle tiempo.
No obstante, siempre debemos tener precaución y estar atentos al desarrollo de los acontecimientos cuando haya un recurso valioso en juego. Así, si el que está tumbado se levantase y viniese hacia nosotros pudiendo dar lugar a conflictos, puede ser necesario detener nuestra interacción, retomando más tarde la sesión de mimos. Lo ideal es llegar a un punto en que ninguno de los perros sienta que tiene que “proteger” la atención respecto al otro.
Lo mismo ocurre en la calle durante el paseo, por ejemplo, si uno está olfateando podemos dedicarnos al otro, o si ya han tenido un buen paseo y están cansados, quizás es un buen momento para que podamos acariciar a cada uno a un lado de nuestro cuerpo sin que haya conflicto entre ellos.
En cualquier caso, si la situación es ya muy compleja, dentro de las medidas que se pueden tomar puede ser necesario incluir la ayuda de un educador canino o un etólogo canino profesional para que establezca la forma más adecuada de abordar específicamente los comportamientos agresivos que están teniendo lugar entre los perros de la casa.
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