Tu perro, ¿compañero o mascota?

Perro compañero o mascota de la familia
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¿Somos conscientes de la responsabilidad que implica adquirir un perro?

Por suerte, se van dando pequeños pasos en la dirección correcta para ayudar a que las personas que no lo tienen tan claro, lo piensen detenidamente antes de tomar la decisión.

El impacto de la reforma de la ley catalana de protección de animales

Cataluña marcó la pauta con la Reforma de la ley catalana de protección de los animales. Una de las disposiciones de esta reforma nos dice: «La exhibición de animales de compañía en los escaparates de las tiendas de venta, será considerada como infracción muy grave sancionable con multas de hasta 20.000 euros».

Esta reforma afectó a muchas tiendas de venta de «mascotas» y, aunque tire piedras contra mi tejado como profesional del sector porque se reduzca la venta de cachorros, creo que fue una medida acertada. Por una parte, evitaremos que las personas que no tienen intención de adquirir un perro, pero lo ven en el escaparate y se dejan seducir por sus encantos de cachorro (como si fueran unos zapatos en oferta) lo adquieran. De otro lado, debería reducirse al mínimo, el tiempo que un cachorro vive (o mejor dicho malvive) en una vitrina o expositor, porque (aunque estén acondicionados para ello) no es el mejor lugar para que pasen la etapa de socialización. Estos perros pueden presentar problemas de comportamiento en la etapa adulta.

Otra disposición de la ley debería hacernos reflexionar: «La Ley prohibirá igualmente el sacrificio de animales en los centros de acogida municipal». De esta manera, se tendrá que dar prioridad a las medidas encaminadas a disminuir el número de abandonos en lugar de sacrificar a todos los perros que llegan a sus instalaciones y no son adoptados rápidamente.

Mi experiencia colaborando con protectoras

Llevo mucho tiempo colaborando con protectoras, asesorando a los guías que tienen algún problema de comportamiento con su perro, para ayudarles en la medida de lo posible y evitar que lo abandonen. Este asesoramiento también va enfocado a quienes adoptan un perro y necesitan un periodo de adaptación a su nuevo hogar, facilitando su integración.

Por desgracia, mi experiencia me dice que la mayoría de los perros que ocupan los albergues son mestizos. Sus guías no han tenido reparo en criar una camada, sin pensar en las consecuencias. Por extraño que parezca, todavía se tienen camadas sin control, tanto físico (pudiendo las hembras quedarse preñadas sin que los dueños lo eviten), como administrativo (sin insertarle el microchip en consecuencia quedando fuera de toda Ley). Aunque en menor medida, con los perros de raza puede pasar lo mismo. Muchos guías piensan «voy a tener una camada con mi perra porque me hace ilusión tener un cachorro suyo», ¿hemos pensado qué hacer con los otros 10 cachorros si se trata de una camada numerosa? ¿Cómo es posible que lleguen camadas enteras a los centros de acogida?

Si bien debemos apoyar las adopciones, estas no sirven para nada si los centros de acogida vuelven a llenarse en cuanto se vacían. Hemos de solucionar el problema de raíz, actuando sobre las causas. Primero, controlando las camadas que no sean supervisadas por veterinarios y criadores especializados (ellos sí deben responsabilizarse de tener las camadas en las mejores condiciones tanto físicas como mentales y saber qué hacer con los cachorros en las épocas de menor venta). Pero además existen otras medidas de divulgación que nos ayudarán a crear conciencia, necesitamos educar a los guías, empezando por los profesionales: veterinarios, criadores, adiestradores, etc. debemos desterrar tópicos como «las hembras necesitan tener una camada para que se asienten» o «para que un perro madure, necesita tener una experiencia sexual».

Conclusión

Y lo más importante, me gustaría pensar que los perros han dejado de ser «mascotas» para pasar a ser auténticos compañeros de vida, a los que no sólo hay que alimentar para que sobrevivan, sino también educar teniendo en cuenta sus emociones, para que puedan convivir con nosotros en armonía y disfrutar junto a nosotros de una vida plena. En mi opinión, el término «mascota» no se debería utilizar para definir a nuestros compañeros de cuatro patas, creo que nuestros perros son mucho más que una mascota y se merecen que el lenguaje les proteja como nosotros lo hacemos.

Si no se actúa pronto, cuando esta Ley se extienda a otras comunidades (que poco a poco ya se está consiguiendo) tendremos los centros de acogida de perros aún más saturados y no sabremos qué hacer con todos los que no tienen hogar. Las leyes siguen evolucionando. ¿Avanzará al mismo ritmo nuestra conciencia para asumirlas y respetarlas?

Enrique Solís Álvarez
Director Técnico y Adiestrador de LealCan

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Enrique Solís (LealCan Adiestramiento)

Especialista en adiestramiento canino.
Educación de cachorros y modificación de conducta a domicilio.
Cursos y Seminarios
646 444 555 – info@lealcan.com

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