Sonidos molestos para perros
Actualmente, en nuestros hogares existen diversos tipos de ruidos incómodos para nuestros perros que pueden afectarles en su calidad de vida, generando inseguridades o miedos. La respuesta de miedo es un comportamiento normal y adaptativo que ayuda a proteger al individuo de posibles peligros. Sin embargo, las respuestas de miedo pueden considerarse anormales cuando se desencadenan repetida y consistentemente por estímulos no amenazantes o cuando el nivel o la duración de la respuesta es desproporcionada en comparación con el nivel de amenaza real planteado por el estímulo.
Ruidos comunes domésticos que estresan a tu perro
Los ruidos fuertes y repentinos son uno de los desencadenantes más comunes del comportamiento temeroso en los perros y numerosas investigaciones respaldan el concepto de que muchos perros con los que convivimos sufren de sensibilidad al ruido y se ven afectados por los sonidos fuertes (estímulos salientes). Estos estudios indican una prevalencia sobre la sensibilidad al ruido (respuestas marcadas e incluso extremas) en perros domésticos, con cierta variabilidad entre ellos, que a menudo puede llegar hasta el 50%.
Para la mayoría de estos estudios se han utilizado sonidos fuertes, repentinos y, a menudo, inesperados.
Estas investigaciones se enfocan en sonidos dramáticos poco frecuentes, sonidos que los perros no encuentran a diario o de manera regular, sino que ocurren como eventos esporádicos e impredecibles, por ejemplo, tormentas eléctricas, fuegos artificiales y disparos.
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Las reacciones caninas asociadas con estos estresores han sido interpretadas por profesionales como expresiones de estrés, ansiedad y miedo.
Por ejemplo, las respuestas fisiológicas a los ruidos fuertes pueden incluir un aumento dramático (207%) en el cortisol salival, que dura 40 minutos o más en nuestros compañeros caninos.
Los ruidos inesperados dieron lugar a respuestas rápidas, como taquicardia, hipertensión y aumento de la secreción de epinefrina y norepinefrina en el perro.
Además, la exposición a ruidos agudos e irregulares se asocia con la estimulación del eje HPA (Hipotálamo-Hipófisis-Adrenal) y un aumento rápido (dentro de un intervalo de 15 minutos) en las concentraciones de cortisol circulante.
El estrés por contaminación acústica
Consecuentemente, las respuestas conductuales caninas a los ruidos fuertes incluyen jadear, esconderse, caminar de un lado a otro, encogerse/postura corporal baja, sacudirse/temblar, ladrar, intentar escapar/retirarse y buscar personas conocidas.
El estrés asociado con el miedo y la ansiedad puede tener impactos negativos en la salud, el bienestar, el comportamiento y la duración de la vida, según la naturaleza del factor estresante (intensidad, duración, persistencia, etc.) y las habilidades de afrontamiento del individuo.
Todos los días, los perros con los que convivimos están expuestos a ruidos domésticos comunes y a reacciones indeseables a los sonidos en el hogar. Muchos de estos ruidos pueden causar miedo y ansiedad en nuestros perros.
Se definen como sonidos domésticos «comunes» aquellos que ocurren a diario, que se escuchan dentro del hogar y se limitan al espacio donde reside el perro.
De hecho, la respuesta de los perros a los ruidos domésticos comunes aún no se había estudiado ni las reacciones que podrían tener implicaciones para su salud y bienestar en los hogares humanos.
Consecuencias de los sonidos incómodos para el perro
Por consiguiente, si nuestros perros experimentan miedo en respuesta a los estímulos domésticos que ocurren regularmente, es posible que, como resultado, presenten un bienestar reducido y corran el riesgo de desarrollar problemas fisiológicos o de comportamiento relacionados con el estrés.
Debido a ello, el daño al vínculo humano-animal que puede resultar de comportamientos indeseables asociados con miedos y fobias puede conducir a una disminución del compromiso con el cuidado del perro y/o un mayor riesgo de abandono.
Investigadores de la Universidad Davis de California descubrieron que es posible que las personas no reconozcan que su perro está estresado cuando se exponen a los ruidos domésticos comunes.
Es conocido por casi todos que los ruidos fuertes repentinos, como los fuegos artificiales o las tormentas eléctricas, comúnmente desencadenan la ansiedad de un perro, pero, además, un nuevo estudio ha descubierto que incluso los ruidos comunes, como una aspiradora o un microondas, pueden ser un desencadenante de situaciones y momentos de estrés.
La investigación encontró que los ruidos intermitentes de alta frecuencia, como la advertencia de batería de un detector de humo, las alarmas de los temporizadores de los aparatos electrodomésticos o algunos sonidos de nuestros aparatos eléctricos, tienen más probabilidades de causar ansiedad en un perro que los ruidos continuos de baja frecuencia.
Además, se sabe que hay muchos perros que tienen sensibilidad al ruido, pero normalmente se subestiman y se consideran normales porque muchos guías no pueden o saben leer su lenguaje corporal.
Signos de ansiedad tras ruidos fuertes en perros
Algunos signos comunes y evidentes de miedo/ansiedad en un perro incluyen encogerse, temblar o retirarse, pero los guías pueden ser menos capaces de identificar los signos de miedo o ansiedad cuando los comportamientos son más sutiles.
Por ejemplo, los perros estresados pueden jadear, lamerse los labios, girar la cabeza o incluso poner el cuerpo rígido. A veces, sus orejas se colocan hacia atrás y bajan su cabeza por debajo de sus hombros.
Adicionalmente, este estudio sugiere que los guías se eduquen mejor sobre los comportamientos y el lenguaje corporal relacionado con la ansiedad. Los investigadores realizaron una encuesta a 386 guías de perros sobre las respuestas de los mismos a los sonidos domésticos y, a su vez, examinaron los comportamientos de los perros y las reacciones humanas registradas en 62 vídeos disponibles en línea.
El estudio encontró que los guías, no solo subestimaron el temor de sus perros, sino que la mayoría de las personas respondieron con bromas y risas en lugar de preocupación por el bienestar de sus perros.
Evidentemente, hay una discrepancia entre las percepciones de los guías sobre el miedo y la cantidad de comportamientos temeroso realmente presentes.
Se espera que, con estudios como este, se despierte consciencia en los guías y haga que las personas piensen en las fuentes de sonido que podrían estar causando estrés en su perro, para que puedan tomar medidas para minimizar la exposición a las mismas.
Algunos sonidos pueden resultar dolorosos para los perros
Debido a que los perros tienen un rango de audición más amplio, algunos ruidos también podrían ser potencialmente dolorosos para los oídos de un perro, como los sonidos muy fuertes o de alta frecuencia.
Para minimizar la exposición puede ser tan simple como cambiar las baterías con más frecuencia en los detectores de humo o sacar a un perro de una habitación donde se pueden producir ruidos fuertes.
Los perros usan el lenguaje corporal mucho más que vocalizar y debemos ser conscientes de ello, para poder responder a sus necesidades y su solicitud de ayuda.
Los alimentamos, los albergamos, los amamos y tenemos la obligación de cuidarlos para responder mejor a su ansiedad y tratar de modificar todo aquello que les pueda causar malestar.
Os animamos a visitar nuestro canal de YouTube, donde podéis encontrar algunos vídeos tutoriales que os pueden ayudar a desensibilizar algunos miedos a estos sonidos que comúnmente podemos encontrar dentro del hogar.
Fuente: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34820438/
https://youtu.be/95G1TI1y3MEhttps://youtu.be/is7m0WCtL1Y
