Cómo elegir un cachorro

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¿Cómo elijo a mi cachorro?

La selección de un cachorro es complicada, ninguna prueba es fiable al cien por cien, ya que estamos tratando con animales y no con máquinas y su comportamiento se va modificando por las interacciones con el entorno. Un dato significativo es que el 40% de los perros que se crían para trabajo con personas invidentes, no llega a completar su entrenamiento por no servir para esta función, a pesar de estar criados específicamente para ello. Sin embargo, si realizamos la pregunta ¿cómo elegir un cachorro? existen varias pruebas que nos pueden ayudar a escoger al más adecuado. Aunque es una prueba muy antigua, el Test de Campbell nos dio hace años unas pautas a seguir para ver las respuestas de los cachorros en determinadas situaciones. Los especialistas adaptamos estas pruebas según nuestro criterio, ya que algunas son inadecuadas. Nosotros, por ejemplo, desechamos las pruebas de Obligaciónla de Dignidad y,  por supuesto, la de Dominancia social, ya que pueden provocar miedos en los cachorros. A continuación, explicamos el Test de Campbell y una posible adaptación para las pruebas inadecuadas.

Cachorros en una cesta de mimbre

Test de Campbell

Se realiza entre la sexta y séptima semana de vida del cachorro y se utiliza para aproximarnos al carácter que puede tener el perro, aunque realmente solo encontramos su utilidad para descartar cachorros que puedan tener problemas graves en un futuro, como por ejemplo perros excesivamente tímidos.

Es conveniente que sea realizado por un desconocido para el cachorro, de forma individual, en un lugar nuevo y sin distracciones. De esta manera, nos aseguramos de que los resultados no sean erróneos por haber practicado los ejercicios con anterioridad. A continuación, detallamos el Test de Campbell completo con observaciones en negrita:

Atracción social:

Se coloca al perro en el centro del recinto y la persona que realiza el test se aleja unos pasos en sentido contrario a la entrada. Después, se arrodilla y llama al cachorro. (Esta prueba sí puede ser adecuada)

Respuesta:

A- El animal viene enseguida, con el rabo levantado y dando saltitos.

B- Viene sin dificultad con la cola alta.

C- Viene sin dificultad pero con la cola baja.

D- Viene titubeando.

E- No viene.

Seguir al «amo» (nosotros sustituimos este término por «guía»):

La persona se sitúa al lado del cachorro y comienza a caminar asegurándose de que el cachorro se da cuenta. (Esta prueba sí puede ser adecuada)

Respuesta:

A- Sigue sin dificultad con la cola levantada y mordisqueando los pies.

B- Sigue sin dificultad con la cola levantada.

C- Sigue fácilmente con la cola abajo.

D- Sigue titubeando con la cola abajo.

E- No sigue o se aleja hacia otro lugar.

Obligación:

Colocar al cachorro boca arriba y mantenerlo así durante 30 segundos sujetándole por el pecho. (Esta prueba es totalmente inadecuada porque le puede provocar miedo al cachorro y, desde luego, la respuesta no es fiable, ya que estamos poniendo al cachorro en una situación muy desagradable en la que su reacción es impredecible y podemos llegar a descartar un cachorro que sea adecuado para nosotros. En lugar de esta prueba podemos observar, por ejemplo, su reacción ante el lanzamiento de una bola de papel: la coge y se la lleva, se queda mordisqueándola, la coge y nos la trae o la ignora por completo, se asusta…)

Respuesta:

A- Lucha vigorosamente se debate y muerde.

B- Lucha vigorosamente.

C- Se debate y luego se queda quieto.

D- No se mueve, lame las manos.

Dominancia social:

La persona se arrodilla al lado del cachorro le golpea suavemente el cráneo y baja la mano por la columna y le acaricia a contrapelo el dorso. (Ni que decir tiene que no hace falta golpear al cachorro de ninguna forma para poder ver si es adecuado para nosotros o no, lo podemos sustituir por jugar con él con nuestras manos y analizar sus reacciones).

Respuesta:

A- Salta, da patadas, muerde y gruñe.

B- Salta, da con las patas.

C- Se retuerce, lame las manos.

D- Se vuelve boca arriba y lame las manos.

E- Se aleja y no vuelve.

Dignidad:

La persona coloca las manos entrecruzadas bajo el tórax del cachorro y levanta al animal de forma que sus patas no toquen el suelo. Se mantiene en esta posición durante 30 segundos. (Esta prueba la podemos sustituir por coger al cachorro entre nuestros brazos, que es lo primero que haremos cuando confirmemos nuestra elección y nos lo llevemos a casa) Respuesta:

A- Se debate enérgicamente, gruñe, muerde.

B- Se debate mucho.

C- Se debate, se calma y lame las manos.

D- No se mueve y lame las manos.

ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS

A partir de las respuestas se establecen cinco categorías de cachorros: (las definiciones de dominante o sumiso que se utilizan en los test, pueden ser confusas, ya que no todos los educadores caninos las utilizamos de la misma forma y pueden dar lugar a interpretaciones erróneas de los resultados).

Dominante agresivo. Tiene dos A y alguna B. Son cachorros muy dominantes que en determinadas circunstancias y en manos inexpertas pueden ser peligrosos. No son adecuados para el trato con niños. En manos de un buen adiestrador suelen ser los mejores animales para el trabajo.

Dominante. Tres o más C. Esta categoría de cachorros resultan los mejores perros de compañía e ideales para convivir con niños.

Sumiso. Dos o más D con alguna E. Son perros sensibles y poco aptos para el trabajo. En algunos casos pueden morder por miedo, aunque normalmente son buenos perros de compañía.

Independiente. Dos o más E. Son perros independientes y difíciles de adiestrar. No son buenos para la convivencia en un hogar.

Existen animales que, a la vista de los resultados, pueden no ajustarse claramente a las categorías descritas y en estos casos puede ser necesario repetir el test. Lo más importante es acudir a buenos profesionales tanto por elegir un criador de confianza que nos pueda asesorar para encontrar al cachorro más adecuado para nosotros, como por buscar un buen educador canino que nos ayude con la interpretación de los resultados del test y nos asesore en cuanto la educación del cachorro. Recordar que en muchas ocasiones el cachorro es el que nos elige a nosotros y solemos quedarnos (basándonos en nuestra intuición) con el que más se acerca a nosotros y nos deja manipularle. En definitiva, el que nos transmite mejores sensaciones para llevarle a nuestro hogar.

Lo que buscamos principalmente son perros equilibrados.

Análisis de Liakhof

Pasados unos meses se realiza esta prueba, más completa que la anterior, ya que el perro ha crecido, pasando por diversas experiencias que han ido forjando su carácter. Lo ideal es criarlo en la familia con la que va a vivir y le puedan conocer, proporcionándole nociones básicas de educación. Podemos averiguar si el individuo que estamos evaluando es apto para trabajar en alguna modalidad de entrenamiento más especifico. Los aspectos que se evalúan, hacen referencia a:

Sensibilidad:

En este punto, como es lógico, el perro no debe dar muestras de ningún tipo de agresividad (animal, posesiva, protectiva,… )

Dominancia y sumisión

En este punto queremos aclarar que, aunque el test recoge este apartado, nosotros no hablamos de dominancia y sumisión ya que el término dominancia se ha maleado mucho a lo largo del tiempo y, para nosotros, no explica nada. Son tests antiguos, como explicábamos en el Test de Campbell, y no son términos que se utilicen en un contexto respetuoso hacia el perro. Lo que realmente aporta y se necesita conocer es qué entiende cada persona por dominante (que varía enormemente entre personas) para conseguir información adecuada. Según el test lo que necesitamos perros que sean de dominancia y sumisión medias. Ni excesivamente sumisos, que descienda el nivel de trabajo ante una señal más fuerte de lo normal; ni demasiado dominantes, que les lleve a ser tercos en el aprendizaje.

Voluntad de complacer:

Buscamos perros con una gran capacidad de aprendizaje y ganas de agradar.

Adaptabilidad:

Necesitamos un perro que pueda cambiar de ambiente, sin cambiar su forma de trabajo y acomodarse en el menor tiempo posible a nuevos entornos.

Concentración:

El perro debe ser capaz de centrar su atención en el adiestrador para tener un buen aprendizaje del trabajo que va a realizar.

Capacidad de desplazamiento:

El animal debe ser capaz de no distraerse en exceso ante estímulos externos durante el adiestramiento.

Miedos:

Existen diferentes tipos de miedo, por desconfianza, a distintos sonidos, por nervios o estrés. Si observamos algún comportamiento de este tipo, no lo podremos utilizar para ningún entrenamiento especifico.

Para modalidades de competición en las que existan pruebas de guarda y defensa, los requisitos varían hacia perros con un marcado carácter, pero sin dejar de lado el equilibrio en el perro.

Leer: Pre-adiestramiento de cachorros

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Enrique Solís (LealCan Adiestramiento)

Especialista en adiestramiento canino.
Educación de cachorros y modificación de conducta a domicilio.
Cursos y Seminarios
646 444 555 – info@lealcan.com

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