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¿Cómo introducir un bebé en una casa con perros?

Índice del contenido

Una de las preguntas más frecuentes de quienes van a ser futuros padres es cómo introducir un nuevo bebé en un hogar en el que ya reside un perro. Normalmente, esta cuestión genera muchas dudas al existir cierto miedo a las futuras interacciones entre el niño y el perro.

Por fortuna, la mayoría de los perros miran a los niños con curiosidad y no presentan signos de agresividad hacia ellos.

Sin embargo, algunos perros pueden percibir a los bebés como un mamífero extraño y pueden incluso presentar conductas predatorias, sobre todo, aquellos que nunca han visto a un bebé previamente y, por tanto, no pueden reconocerlo como una cría de los seres humanos.

Para ayudar a prevenir accidentes, debemos tomar algunas precauciones.

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Comportamiento de un perro ante la llegada de un bebé a casa

 

En primer lugar, tenemos que asegurarnos de que nuestro perro no tiene ningún problema de comportamientos agresivos hacia los niños o adultos o de que no haya presentado ningún comportamiento predatorio (de caza) hacia pájaros, gatos o cualquier otro animal.

Si el perro ha manifestado algún tipo de agresión anteriormente, los padres deben consultar a un especialista en comportamiento canino.

Éste puede evaluar al animal e indicar, si fuese necesario, un plan de trabajo para reducir la probabilidad de que el perro pueda presentar comportamientos de agresividad hacia el nuevo niño.

Los guías de perros sin problemas deben saber que que su compañero de cuatro patas con la llegada del bebé, al recibir menos atención que antes, puede recurrir a la realización de actividades destructivas para llamar la atención o hacerlo simplemente para aliviar el aburrimiento.

Puede ocurrir que, si se trata al animal más severamente cuando se aproxima al niño o se le aísla para no molestarle, el perro establezca una asociación entre el niño y el nuevo trato, pudiendo condicionarlo de forma aversiva.

Por ello, es aconsejable que el perro participe de la nueva situación familiar, si bien teniendo siempre una constante vigilancia, para que aprenda a incorporar al bebé como un miembro más de la familia.

Por favor, en este sentido resulta esencial recordar que un animal no debe estar solo con un niño en ningún caso. No porque los perros sean agresivos con los niños por naturaleza, sino porque estos últimos pueden tener reacciones extrañas hacia el animal cuando éste se les acerca para buscar contacto físico, o simplemente para mostrar cariño.

Hasta que el nuevo miembro de la familia no sea lo suficientemente maduro como para comportarse apropiadamente con el perro, aproximadamente a los 10 años, no se debe permitir que los niños y perros actúen libremente de forma recíproca sin ser guiados por un adulto pues no se puede saber cómo van a responder en esas circunstancias.

Esta es una medida de seguridad muy importante que protege tanto al niño como al perro y que será guiada por los padres con asesoramiento de un buen educador canino.

Instrucciones para los nuevos padres con perros en casa

 

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1. No corregir al perro cuando se manifieste curioso alrededor del niño.

2. Dejar que el perro huela y observe al niño.

3. Asociar experiencias agradables con la presencia del niño.

4. Reservar 10 minutos al día para dedicarlos expresamente a interactuar activamente con el perro.

5. No dejar complemente solos a niño y perro.

6. No aislar totalmente al perro del niño.

¿Qué hacer con tu perro ante la llegada de un bebé?

 

El proceso de introducción del bebé debe comenzar antes de su nacimiento.

En este procedimiento se deben seguir los siguientes pasos: en primer lugar y como condición indispensable, cualquier guía en estas circunstancias debe asegurarse de tener un buen control de la situación, mediante una educación correcta del perro.

Este proceso, cuando se parte de «cero», nos ocupará aproximadamente un período de un mes.

Antes de llegar el bebé se debe establecer un horario regular de alimentación y paseos que se ajuste a la realidad de las futuras circunstancias. Deberá respetarse cuando el niño esté presente. Incluirá de uno a dos paseos diarios de una duración de 5 a 10 minutos, dedicados exclusivamente a atender las necesidades del perro. Por supuesto esos no van a ser los únicos paseos, ya que un perro adulto debe salir entre 3 y 5 veces al día.

Durante esos paseos, tendremos contacto físico, le hablaremos despacio y con cariño, jugaremos con él y sus juguetes, le podemos dar masajes y todo aquello que al guía le apetezca y sepa que a él le gusta.

Para llevar a cabo estas actividades con éxito, hay que buscar los mejores momentos del día, aunque implique levantarse cinco minutos antes.

Al guía también le servirá para relajarse. Esta es una buena manera de indicar al perro que, a pesar de todo lo que está sucediendo, él también es importante y cuenta para la familia.

El cambio de horarios hay que realizarlo lo antes posible. Un buen momento sería al comenzar la educación básica o al reforzarla si el perro ya está educado.

Por otra parte, para que el paseo del bebé en cochecito acompañados del perro no suponga un esfuerzo extra, debe enseñársele a caminar sin tirar antes del nacimiento del niño. Esto contribuirá a tener un buen control sobre de las situaciones que puedan aparecer.

Respecto a las áreas donde permanecerá el bebé tras su llegada, tendrán un olor característico emanado de los artículos que utiliza el niño (pañales, cremas o aceites y otros objetos como el cochecito o la cuna), que son interesantes para el perro.

Se ha de permitir que éste se acostumbre a ellos olfateándolos antes de la llegada del bebé. El guía puede también manosearlos e impregnarse de su olor para que el perro se habitúe fácilmente.

Igualmente, otros objetos o la ropa del bebé pueden ser atractivos para el perro, por lo que permitiremos que interaccione con ellos de forma adecuada y perfeccionando las señales de educación básica.

Además es conveniente tener la precaución de realizar los arreglos necesarios para que el perro pueda estar separado de las visitas o del bebé en algún momento si es necesario, sobre todo para que pueda descansar del movimiento o el llanto que puede haber por la casa con la nueva situación.

Todas estas modificaciones que se han ido comentando, sin embargo, se han de realizar antes de la llegada del niño, para que el perro pueda acostumbrarse y no se sorprenda.

Por supuesto, no es aconsejable llevar al perro a un residencia canina. Es preferible tener al perro vigilado dentro de casa porque esto disminuye la tensión.

Los perros incrementan la tensión en las perreras o residencias y se vuelven temerosos a su regreso al hogar, por lo que pueden asociar su estado de miedo con la llegada del bebé.

La llegada del bebé a casa con perro

 

El momento de la llegada a casa y la presentación del bebé al perro es de vital importancia. Intenta que el perro esté lo más cómodo posible y que la situación sea natural. A veces ni siquiera es necesaria una presentación directa entre ambos nada más llegar.

Sólo debe empezar la presentación del perro al bebé cuando todo esté tranquilo y bajo control, con nuestro compañero de cuatro patas en calma, para lo cual debes asegurarte de haber cubierto todas sus necesidades antes de este momento. En otras cosas, es posible que pueda ser necesario haber dado un paseo relajante al perro previamente.

Si no conseguimos llegar a esta situación de calma y control, podríamos dar distancia al perro hasta que esté tranquilo. Cuando se calme, se podrá probar nuevamente la presentación.

Si se trata de un animal que salta al saludar, uno de los guías podrá ayudar hasta que esté tranquilo y el guía que tenga al bebé pueda saludarlo. Si el perro es difícil de controlar se le puede poner su correa, pero antes hay que dedicarle tiempo para reducir sus niveles de excitación y evitar la tensión en la correa todo lo posible.

Una vez estemos listos para comenzar con la presentación, alguien debe hacerse cargo del bebé para que el guía pueda saludar a su perro y supervisarlo. La presentación puede ser breve y puede hacerse en casa o en la calle en función de las particularidades de cada perro y familia.

Durante el proceso, si le refuerzas con la voz, que sea de forma calmada y sin excederte, para no elevar su excitación. Lo ideal es que el animal pueda oler y explorar al bebé.

No hay que sostener ni mover al pequeño en el aire delante del perro, pues podría incitarle a saltar hacia el niño y podría ser una conducta problemática. En todo momento debe haber tranquilidad y la situación ha de estar totalmente controlada.

Cuando decaiga el interés del perro en el bebé y ya se aparte, no fuerces la situación tratando de que se acerque de nuevo.

Si se presentan lloros o gruñidos al bebé, hay que ser capaz de saber solventar la situación con calma, basándose en las pautas de un profesional.

Una vez hecha la presentación y con el bebé ya presente en casa, podemos dejar al alcance del perro algún objeto o ropa que el niño ha usado para que se familiarice con este tipo de objetos y su olor y sepa que también hay un niño involucrado en la familia.

Un elemento que puede ser muy útil, tanto en el momento de la presentación como posteriormente durante los primeros días de convivencia, es la mantita con la que se arropa al bebé.

Si vemos que el perro se acerca de forma intensa o brusca hacia el bebé y tememos que pueda dañarle, podemos coger esta mantita y acercársela al perro a modo de «barrera» entre él y el bebé y permitirle que la huela. Como estará impregnada con el olor del bebé, le servirá para no incrementar su ansiedad por acercarse hasta él.

Posteriormente, si se ha reducido así su ansiedad, se puede volver a cubrir al bebé con la mantita y dejar accesibles los pies, por ejemplo, para que el perro pueda olfatearlos. Así, iremos ganando confianza y reduciendo la ansiedad del perro por acercase a conocer al nuevo miembro de la familia.

En los casos en los que se presente una visita en casa que trae a otro perro, valora si es el momento adecuado para que ocurra. En caso afirmativo, quizás sea conveniente que los perros se saluden previamente en la calle. Una vez en casa, se debe poder saludar y prestar atención a los animales con calma y con ayuda del guía mientras alguien sostiene al bebé, para prevenir bien la situación y no tener que intervenir porque estén molestando al bebé.

 

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En general, el guía ha de recordar que debe adelantarse a cualquier conducta inadecuada, antes de que se produzca y reforzar otra conducta más adecuada.

Si el guía está solo durante las primeras semanas sin apoyo de terceras personas, los animales deben tener el acceso restringido al bebé si no vamos a poder estar presentes la totalidad del tiempo sin que pueda quedarse a solas con el niño.

También sería conveniente restringir el acceso en caso de que resulte complicado atender a ambos, perro y bebé, para poder tener la seguridad de que seríamos capaces de reconducir una conducta inadecuada del perro en caso de producirse.

Por ultimo, cabe señalar la importancia de considerar el estado de la correa y su longitud que, en caso necesario, se podría utilizar temporalmente para tener bajo control al perro en presencia del bebé. De esta forma, el animal puede estar cerca del niño y el guía puede acariciarlo, pero el perro no podría alcanzar al bebé bruscamente.

Si después de 3 semanas, el animal acepta al bebé sin presentar malas conductas, se puede estar más tranquilo.

No obstante, como se ha comentado, nunca hay que dejar solos al animal y al niño. Es erróneo pensar que el bozal evita posibles lesiones.

El cráneo de un niño es muy débil como para soportar una embestida de un perro y puede llegar a producirse una fractura sin que hubiese una mala intención. Un bozal puede prevenir una mordedura, pero no disuade al perro de arremeter contra el niño.

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CONCLUSIONES

*Exposición gradual del perro y bebé.

*Supervisión permanente.

*Prevención de respuestas incontroladas.

*Educación básica como entrenamiento preventivo.

*Control del comportamiento del perro y del niño.

*No excitar al animal. Los niños no deben alterar el sueño de los perros.

Imagen de Enrique Solís (LealCan Adiestramiento)
Enrique Solís (LealCan Adiestramiento)

Especialista en adiestramiento canino.
Educación de cachorros y modificación de conducta a domicilio.
Cursos y Seminarios
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