Todo el camino recorrido juntos entre el humano y el perro durante cientos de años se ha ido asentando gracias al desarrollo de un sistema de comunicación conjunto para “entender y hacerse entender” por la otra parte.
Por eso, este lenguaje multi-especie ha ido evolucionando hasta nuestros días, adaptando la forma en la que nos comunicamos con nuestros perros, tanto para que entiendan los mensajes que queremos transmitirles como para, sobre todo, aprender de todo aquello que nos dicen.
Y aquí es donde entra en juego el entrenamiento de perros.
¿Qué es el Adiestramiento Canino?
El adiestramiento canino puede definirse como las técnicas utilizadas con el fin de “enseñar o hacer diestro en algo” a nuestro perro.
Normalmente, este tipo de habilidades o destrezas que le enseñamos mediante el adiestramiento asocian la realización de una conducta del perro con nuestras indicaciones (señales); pudiendo ser señales visuales (un gesto), auditivas (una palabra) o de otra modalidad sensorial. A esto se le denomina poner una conducta bajo señal.
Por el contrario, cuando un perro manifiesta un problema adaptativo con el entorno que le perjudica en su calidad de vida o pone en riesgo la seguridad de otras personas o animales, será ayudado por un educador canino para adaptarse saludablemente a la situación mediante un programa de intervención específico.
Este proceso de intervención integral no debería llamarse adiestramiento canino, ya que, técnicamente, no es lo mismo.
Por tal motivo, hay que diferenciar el término adiestramiento de otros como educación canina, y una manera de hacerlo es fijándonos en los objetivos que persiguen cada uno y las técnicas utilizadas.
Actualmente, sigue utilizándose la palabra adiestramiento de manera indiscriminada para cualquier disciplina que suponga “enseñar algo al perro”, aunque, como hemos visto, no es lo correcto en todos los casos.
Y, entonces, te preguntarás, ¿cuál es la diferencia entre adiestramiento canino y educación canina?
Por ejemplo, no podemos “enseñarle” a un perro a no tener ansiedad frente a un estímulo determinado mediante un adiestramiento operante o instrumental, sino que debemos abordarlo desde una perspectiva holística y etológica más individualizada e integradora enfocada a mejorar la calidad de vida del perro y prepararlo para superar esas situaciones detonantes de la ansiedad.
Por ello, en este artículo vamos a definir con algo más de detalle los diferentes tipos de adiestramiento de perros que existen y la diferencia con el concepto más global como es la educación canina.
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Adiestramiento Canino Tradicional
Afortunadamente, es un tipo de adiestramiento en desuso y obsoleto en el mundo occidental y ya se aplica cada vez menos.
Bajo este concepto, se hace referencia al modo en el que se enseña a los perros mediante métodos y técnicas punitivas con el objetivo de que el animal se amolde a la convivencia con el humano, tanto en la vivienda como en el entorno social, sin atender a sus necesidades.
De hecho, este paradigma de adiestramiento se basa en técnicas en las que se fuerza física y psicológicamente al animal, en la mayoría de las situaciones, mediante el castigo positivo.
Estas malas praxis desarrollaban individuos caninos emocionalmente inestables, atemorizados y con una conexión muy débil con los guías, siendo más propensos a la depresión, a la indefensión aprendida y a las conductas agresivas ante personas desconocidas.
Adiestramiento Canino de Trabajo
Aunque hay muchos guías que ya no apoyan la idea de tener al perro para estar trabajando durante gran parte de su vida, hoy en día siguen existiendo diferentes funciones que se les atribuye a los perros para las cuales han de pasar por técnicas de adiestramiento, como, por ejemplo:
- Perros de Trabajo Militar
- Perros de Guarda y Protección
- Perros Detectores de Estupefacientes
- Perros Detectores de Explosivos
Efectivamente, como puedes imaginar, en estas actividades la exigencia psicológica para el perro es bastante alta, aunque el nivel de intensidad difiere entre unos y otros tipos.
En este tipo de adiestramientos, el humano da prioridad a los resultados y el perro está “obligado” a terminar aprendiendo a ejecutar la tarea o de lo contrario será sustituido por otro individuo que desempeñe esas funciones satisfactoriamente.
Por este motivo, en este ámbito el humano no alcanza el máximo nivel de felicidad conjunta con el perro, ya que éste ha de ejecutar las órdenes o comandos que se le imponen bajo cualquier circunstancia o contexto, demostrando su utilidad para el ámbito correspondiente.
En los últimos años, en esta área ha aumentado considerablemente el uso de técnicas basadas en el reforzamiento positivo frente al uso de aversivos, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer.
Es decir, los resultados de aplicar los últimos avances científicos sobre el comportamiento canino en los procesos de adiestramiento en positivo han demostrado que el uso de reforzadores para premiar conductas deseadas es compatible incluso con las situaciones más delicadas y exigentes, donde los guías y perros de trabajo han de prestar unos servicios que llegan a ser, en algunos casos, de vital importancia para la sociedad.
Adiestramiento Canino Deportivo
Ahora existen muchas actividades deportivas para practicar con tu perro.
Este tipo de deportes requieren enseñar ciertas habilidades o destrezas al perrete para que se ajuste a lo que marcan los estándares y las reglas del deporte que se esté practicando.
Aquí te compartimos algunos ejemplos:
El Adiestramiento Canino Deportivo realizado de manera saludable puede integrarse con armonía fácilmente en una dinámica respetuosa y amable en los cuidados de tu perro para procurarle una mejor vida y un vínculo más fuerte con el guía.
Desde luego, es recomendable que el Deporte Canino que se elija sea para disfrutar realizando una actividad conjunta con tu perro, donde prevalezcan los beneficios de pasar tiempo juntos por encima de las expectativas deportivas.
Adiestramiento Canino en Positivo
En esta sección nos adentramos en una filosofía mucho más amigable que fomenta el vínculo, el respeto y la confianza.
Las órdenes y comandos que “obligan al perro” se sustituyen por señales y su bienestar adquiere una importancia mayúscula en el proceso de aprendizaje.
Hace más de 20 años, surgió en EE. UU está corriente de adiestramiento en la que se comenzó a enseñar a los animales mediante técnicas mucho más respetuosas de educación canina en positivo.
De esta manera, se sustituyó la filosofía obsoleta de castigar las conductas inadecuadas por un paradigma novedoso: el de premiar las conductas deseadas.
Esta modalidad se basó en sus inicios principalmente en el procedimiento de reforzamiento positivo y se comenzó a extender rápidamente al mundo canino, por lo que adquirió el término simplificado de Adiestramiento Canino en Positivo.
Es una filosofía de gran alcance y contiene una gran cantidad de detalles en los que se debe profundizar.
En esta tipología, también se utiliza la técnica de castigo negativo, es decir, retirar un estímulo apetitivo cuando se desea disminuir las probabilidades de que una conducta indeseada se repita en el futuro. Como puedes ver, no se aplican correcciones en ningún momento.
De hecho, existen empresas que usan reforzadores, pero por otro lado usan correcciones, por lo que no deben considerarse dentro de esta tipología de Adiestramiento canino.
Hay que tener en cuenta que la educación canina amable va mucho más allá de entregar reforzadores.
Por ejemplo, LealCan es una entidad con más de 20 años de experiencia en educación canina respetuosa mediante el Adiestramiento en Positivo.
Nuestros educadores realizan a clases a domicilio y aplican un enfoque holístico e individualizado.
Las principales ventajas de la Educación Canina en Positivo, entre otras, son:
El objetivo principal es conseguir la armonía en la convivencia, tanto en el hogar como en las diferentes actividades y ambientes que compartimos con el perro.
- El trabajo de intervención amable se aplica no trabajando directamente el adiestramiento con el perro, sino que enseñamos a los guías para que ellos sean quienes educen al perro.
- Los guías aprenden a gestionar las emociones del perro en todo momento y circunstancia, logrando su equilibrio y disfrute en cualquier situación de la vida y la convivencia.
- En todo el proceso de aprendizaje, el bienestar del perro es prioritario, tanto físico como psicológico.
- Valoración del estado emocional y adecuada gestión de las emociones del perro.
- Se elimina el castigo positivo, es decir, la aplicación de correcciones físicas o verbales.
- El perro ha de estar libre de dolores, castigos, ambientes hostiles y enfermedades.
- Se fomenta el vínculo sano y fuerte con los guías.
- Los guías se sienten mejor respetando al perro.
- La confianza mutua es mucho mayor.
- Se promueve la proactividad del perro y aumenta el repertorio de conductas exploratorias.
