convivencia entre perros y niños

Cómo lograr una convivencia armoniosa entre perros y niños en casa

Índice del contenido

La convivencia entre perros y niños puede ser muy enriquecedora, tanto para los pequeños de la casa como para sus compañeros peludos. Sin embargo, es esencial establecer reglas y educar tanto al perro como a los niños para evitar situaciones de estrés o posibles accidentes.

En este artículo te ofreceremos consejos prácticos para mejorar la convivencia entre perros y niños, asegurando que ambos puedan disfrutar de su compañía de manera segura.

 

Introducción a la convivencia entre perros y niños

Cuando traes un perro a un hogar con niños, o viceversa, es fundamental gestionar bien la introducción entre ambos, niños y perros, y la posterior convivencia para evitar problemas.

Los niños pequeños suelen ser impredecibles en sus movimientos y ruidos, lo que puede causar incomodidad en algunos perros. Por otro lado, los perros, si no están bien socializados o no han aprendido a gestionar estas situaciones, pueden reaccionar de manera inadecuada. Por eso, la educación es clave para ambos: tanto el perro como los niños deben aprender a interactuar respetuosamente.

 

Enseñando a los niños a interactuar con los perros

Antes de educar al perro, es importante enseñar a los niños cómo comportarse con sus compañeros de cuatro patas.

Muchos problemas de convivencia surgen porque los niños no entienden cómo deben tratar a un perro. Aquí algunos puntos clave:

  • No molestar al perro cuando esté comiendo o durmiendo: estos son momentos sensibles para los perros y muchos pueden reaccionar de manera defensiva si se sienten invadidos. No hay que someter al perro de ninguna manera e imponerle que el niño puede hacer lo que desee en esos momentos, sino que hay que enseñar al niño a respetar al perro como un ser vivo más, un miembro más de la familia con el que convive.
  • Respetar el espacio del perro: enseña también a los niños que los perros también pueden necesitar su propio espacio y que no siempre querrán jugar o interactuar.
  • Evitar movimientos bruscos: los movimientos repentinos o ruidos fuertes pueden asustar al perro. Enséñales a acercarse de manera tranquila y suave. Correr delante de algunos perros puede hacerlos reaccionar por distintos motivos, por lo que, incluso si no tienes perro en casa, es conveniente que enseñes esto a tus hijos para prevenir accidentes.

Estrategias para educar al perro y mejorar la convivencia

El entrenamiento del perro también es fundamental para garantizar una convivencia sin problemas.

Algunos consejos para educar al perro en un entorno con niños incluyen:

  • Socialización temprana: si es posible, socializa al perro desde cachorro para que se acostumbre a la presencia de niños y a sus comportamientos.
  • Entrenamiento de señales de educación básica: enseñar al perro señales básicas como «siéntate», «quieto», o «ven» puede marcar la diferencia a la hora de mantener bajo control determinadas situaciones en las que haya niños alrededor.
  • Refuerzo positivo: utiliza el reforzamiento positivo (premios, caricias, elogios) para incentivar comportamientos calmados y respetuosos hacia los niños.

Cómo gestionar situaciones potencialmente conflictivas

A pesar de la educación y el entrenamiento, pueden surgir situaciones en las que la convivencia entre perros y niños se complique. Aquí te dejamos algunos ejemplos y cómo manejarlos:

  • El perro se siente invadido: aprender sobre comunicación canina es fundamental. Las redes están llenas de vídeos que “se venden” como adorables cuando, realmente, aparecen perros realmente incómodos interactuando con niños, lo que podría terminar derivando en accidentes si no se presta atención a estas señales de incomodidad que emite el perro y necesita aumentar su intensidad hacia comportamientos más problemáticos.

Así, si notas que tu perro está incómodo con la presencia de los niños (orejas hacia atrás, rigidez en el cuerpo, relamidos, giro de la cabeza, etc.), es mejor intervenir y poner límites al niño explicándole lo que ocurre y dando al perro un espacio tranquilo donde pueda relajarse sin interrupciones.

  • El niño insiste en jugar de manera brusca: si el niño es demasiado insistente, debes intervenir y poner algún límite físico para que no pueda llegar hasta él. Es necesario enseñarle que el perro no es un juguete. Es crucial que el niño entienda cuándo es apropiado jugar con el perro y cuándo no y de qué manera.

Juegos seguros para fomentar la interacción entre perros y niños

El juego puede ser una excelente forma de fortalecer la relación entre perros y niños, pero es importante elegir los juegos adecuados para garantizar la seguridad de ambos.

Aquí te dejamos algunas ideas de juegos:

  • Juegos de búsqueda: el niño puede esconder un juguete o un trozo de comida y dejar que el perro lo busque, con la ayuda del niño si fuera necesario. Esto estimula mentalmente al perro y mantiene entretenido al niño.
  • Juegos de olfato: también puedes dejar al niño preparar juegos de olfato para que después el perro pueda disfrutarlos. Por ejemplo, una alfombra de estimulación olfativa o un circuito de olfato. También puede ocuparse de rellenar juguetes interactivos como un Kong.
  • Tirar del mordedor: este es un juego clásico que puede ser seguro, siempre y cuando se controle la fuerza con la que el perro juega, la longitud del mordedor sea suficiente y el perro tenga control y experiencia para no abalanzarse hacia las manos por confusión.

 

La importancia del adiestramiento canino a domicilio en la convivencia

Las clases de educación canina a domicilio pueden ser una pieza clave para una convivencia exitosa. Un perro bien entrenado será mucho más manejable en situaciones de interacción con niños.

Además, no solo mejora el comportamiento del perro, sino que también enseña a los guías, y en este caso a los niños, cómo interactuar correctamente con su compañero de vida.

 

Conclusión

La convivencia entre perros y niños es totalmente posible y puede ser una experiencia maravillosa para toda la familia.

Educando a los niños sobre cómo comportarse con su compañero peludo y un perro bien socializado, respetado y con una educación básica; ambos podrán disfrutar de una relación cercana y segura. Sin olvidar que siempre la supervisión continua será tu mejor aliada para garantizar una convivencia armoniosa.

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Enrique Solís (LealCan Adiestramiento)

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